Demencia en el fútbol: Tribuna.com conversa con científicos sobre las causas y las posibles soluciones

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Demencia en el fútbol: Tribuna.com conversa con científicos sobre las causas y las posibles soluciones

El reciente diagnóstico de demencia de Sir Bobby Charlton y la muerte de Nobby Stiles, que padeció la misma enfermedad, han colocado en la agencia mediática este asunto. ¿Qué probabilidad hay de que jugadores actuales padezcan ese mismo problema en el futuro?

La demencia es un deterioro de la habilidad de procesar pensamientos que a menudo va acompañada de problema de control emocional, comportamiento social y motivación. Puede ser resultado de diferentes enfermedades y lesiones que afecten al cerebro.

Se estima que en torno a un 5-6% de la población mayor de 60 años sufre demencia, y hablamos de un diagnóstico general en la población.

La edad es el factor conocido de riesgo más importante, y el riesgo de padecerla se puede reducir con ejercicio constante, no fumando, limitando el consumo de alcohol, controlando el pese, el azúcar en la sangre, los niveles de colesterol y llevando una dieta sana. Se desconoce si la práctica del fútbol aumenta los factores de riesgo, es algo que se está estudiando.

No hay evidencias a día de hoy para afirmar que los típicos traumatismos en el fútbol sean un factor de riesgo para enfermedades como el Alzheimer u otras enfermedades neurodegenerativas, aunque hay pocos estudios al respecto.

No debemos perder de vista los beneficios sustanciales de la práctica del deporte en la población.

Muchos fans creen que como la mayoría de cabezazos no provocan concusiones, el fútbol es bastante seguro. ¿Es eso cierto o no?

Rara vez los cabezazos provocan concusiones (traumatismo craneoencefálico leve). No es una lesión específica del fútbol, también puede producirse en caídas, golpes con cualquier tipo de objeto o accidentes de tráfico.

Un choque entre cabezas, rodilla con cabeza, codo con cabeza, por ejemplo, en el fútbol puede incrementar el riesgo de que un jugador sufra una lesión. Las concusiones ocurren más en partidos que en entrenamientos y son más frecuentes entre mujeres que entre hombres.

Faltan evidencias para saber si la repetida utilización de la cabeza en la práctica del fútbol puede provocar daños neurológico. Las investigaciones actuales son inconsistentes y contradictorias al respecto.

¿Sería una buena medida restringir el uso de la cabeza a edades tempranas en el fútbol?

Se está discutiendo sobre la necesidad de proteger los cerebros en desarrollo protegiéndoles del uso repetido de la cabeza para golpear. De nuevo, es necesario aún más investigación para determinar si es necesario o recomendable el uso de protectores de cabeza.

Necesitamos más información relativa a la fuerza de los impactos de cabeza, la velocidad del balón, la rotación y el impacto neurofisiológico que tienen esos golpes.

Para muchos el fútbol ha cambiado mucho desde los años 60 y 70, y los jugadores son más ligeros y menos duros. ¿Qué diferencia hay desde un punto de vista médico?

La fuerza transmitida requerida para una concusión depende hasta cierto punto del individuo y su susceptibilidad. Los estudios siguen sin poder identificar a aquellos con más riesgo de sufrirla. La actual "dureza" o no del fútbol es menos relevante desde un punto de visto médica que el hecho de que cada jugador debería ser estudiado y analizado para ver el potencial riesgo de sufrir ese tipo de lesiones.

La concusión es una lesión compleja y multifacética, hay muchos factores individuales, ambientales y contextuales que puede aumentar los riesgos. La dureza del juego es solamente uno de muchos.

El juego también ha cambiado. Se juega menos en largo, pero sigue habiendo más de 100 golpes de cabeza por partido en Inglaterra. ¿Debería haber un número máximo de cabezazos a evitar?

Simplemente no lo sabemos. Futuros estudios con un seguimiento a largo plazo nos ayudarán a clarificar este asunto.

Mientras tanto sería de ayuda que se reduzca el contacto jugador con jugdor, así como educar a los jugadores en biomecánica y entrenamiento de la fuerza para reducir estas lesiones.

¿Qué cambios implementarías para hacer más seguro el fútbol?

Educar a los jugadores y a los miembros de los cuerpos técnicos en todo lo que rodea a este tipo de lesiones.

Deberían saber identificar los síntomas para sacar a los jugadores lo antes posibles y que les analicen los médicos.

¿Es verdad que el fútbol puede ser más dañino a largo plazo que otros deportes como el boxeo?

No está claro que factores pueden desarrollar enfermedades neurodegenerativas como las que vemos en boxeadores tras una prolongada carrera.

¿Veremos en el futuro a futbolistas llevando casco como en el hockey o el fútbol americano?

En el fútbol un casco no reduciría significantemente la transferencia de fuerza al cerebro. Puede reducir los daños en el cráneo pero no los daños cerebrales.

Las recomendaciones las darán, cuando sea el momento, los especialistas médicos y técnicos. A día de hoy no hay evidencias que inviten a pensar que una medida así debería implementarse.